El aparato productivo es como una maquina: hay que estar
pendiente de ella, darle mucho cariño y mantenimiento
constantemente para que siga funcionando eficientemente; si la abandonas a la
pasividad, estará muerta.
El encargado de operar la maquina dio órdenes estrictas de
no darle mantenimiento y, dejarla como esta; más aun, declaro una medida
radical: no se gastara ni un Euro en engrasarla ni reponerle repuestos: debemos
ser radicalmente austeros para que la maquina sobreviva; añadió, además: tengan
fé en mí, no hay otro camino y no es mi culpa; he sido obligado a efectuar este
plan de mantenimiento, así que repito, no es culpa mía.
El resultado es que la maquina se está oxidando y entrando
en un círculo vicioso: el desempleo aumenta, la productividad está decayendo de
manera lastimosa y penosa y el famoso PIB se está yendo al traste.
¿Incentivar a las
pequeñas y medianas empresas?
-Ni pensarlo!, austeridad es austeridad.
¿Aprovechar fuerzas de trabajo no tradicionales, como
tercera edad e inmigrantes?
-Ni se les ocurra!, si nos quedamos inactivos la maquina se
curará, crean en mi.
-Pero Don operador, tenemos innumerables productos únicos que
son los mejores del mundo; deberíamos inundar los anaqueles de muchos países,
por ejemplo, latino América. Nuestra juventud se está desalentando y la gente
mayor está entrando en depresión; no basta la austeridad pasiva; necesitamos la
austeridad activa y agresiva y ser de nuevo lo que habíamos logrado. Los círculos
viciosos son mortales, así que debemos entrar en un círculo virtuoso.
Debemos utilizar fuerzas de trabajo no tomadas seriamente en
cuenta en el pasado: la gente mayor puede aportar mucho en cuanto a experiencia,
las Pymes deben ser tratadas con nuevos enfoques; los inmigrantes pueden ser un
apoyo invaluable y las grandes empresas y banca deben poner una cuota gorda de
sacrificio (cosa difícil por la afinidad tan grande que tienen con los que
operan el país).
El tiempo pasa y el malestar aumenta; hay mucha gente que
las está pasando muy duras. El operador actual era la oposición del operador
que dejo el cargo y su obligación era alertar a tiempo de los problemas que ocurrirían
y que estamos padeciendo ahora; no basta con echar culpas ahora cuando se fue partícipe
de conocimientos de información vital del país en aquellas épocas de opositor.